¿Qué sería de Gabriel García Márquez sin Rubén Darío?

El profesor Rubén Darío Florez Arcila, poeta y docente de Lingüística de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, considera que Gabriel García Márquez (Gabo) fue influenciado por el poeta universal nicaragüense Rubén Darío, por la riqueza de su obra, tanto que quiere demostrar que el gran escritor colombiano no se puede leer sin sentir a Darío o si el Premio Nobel de Literatura sería tan inmenso sin el “Príncipe de las letras castellanas”.

Este análisis lo hizo el maestro Florez Arcila durante la conferencia “¿Gabriel García Márquez sin Rubén Darío? El adjetivo es lo sustantivo” que dio a maestros y estudiantes de la Facultad Regional Multidisciplinaria de la UNAN-Managua en Chontales (UNAN-FAREM Chontales), cerrando junto con el maestro Alexander Zosa Cano, que disertó sobre “Rubén Darío y la enseñanza: una mirada contextualizada”, la XXXVII Jornada Dariana Universitaria de la UNAN-Managua.

La jornada fue iniciada el 19 de marzo del corriente 2018 con la primera de las seis conferencias, en el auditorio “Fernando Gordillo Cervantes” del Recinto Universitario “Rubén Darío”. Las otras conferencias de la XXXVII Jornada Universitaria Dariana se desarrollaron en la Facultad de Ciencias Económicas, UNAN-FAREM Carazo, UNAN-FAREM Matagalpa, UNAN-FAREM Estelí.

La jornada es coordinada por el maestro Frank Martínez Báez, Coordinador de Letras y Artes de la UNAN-Managua. La apertura la hizo la profesora MSc. Marìa Mercedes Zapata Quintanilla, Secretaria Académica de la UNAN-FAREM Chontales.

Profesor Rubén Darío Florez Arcila, docente de Lingüística de la Universidad Nacional de Colombia

¿Cómo llegó a Rubén Darío?

Pero ¿Cómo llegó el maestro Florez Arcila a Rubén Darío? Dijo que fue mediante los libros de Darío desde la perspectiva de Colombia, y desde los colombianos, García Márquez y Rubén Darío, además de su padre que le dio ese nombre.

En su niñez, el maestro Florez Arcila nunca se había preguntado el por qué se llamaba Rubén Darío, hasta que un día encontró en su casa un Manual de Literatura Española que tenía la imagen de un marinero que fumaba con una pipa y miraba hacia el mar, precisamente era el poeta nicaragüense Rubén Darío.

Entonces se preguntó por qué él tenía el mismo nombre del poeta y comenzó a interesarse en él, a leer sus obras, comenzando con Sinfonía en Gris Mayor, pero no entendía el léxico del poeta. Desde entonces se sintió orgulloso en llevar ese nombre y comenzó a investigar y conocer todo sobre Darío. En entrevista fuera de conferencia dijo que su papá también era maestro y escritor y que le puso ese nombre porque admiraba al poeta universal nicaragüense.

El profesor Alexander Zosa Cano, dio la conferencia Rubén Darío y la enseñanza: Una mirada contextualizada

El maestro Flores Arcila no descansa investigando y se maravilla de la influencia de Darío en GABO, y es la tesis que busca demostrar, de que García Márquez, tal vez no sería el gran escritor colombiano, admirado en el mundo, sin la riqueza de la influencia lingüística y literaria de Rubén Darío.

Luego de explicar sobre la primera vez que supo de Darío, dijo que “más tarde descubrí la magia de ese poema que se sostenía sobre la vocal i”, se refería a Sinfonía en Gris Mayor.

La Marcha Triunfal en Moscú

Relató que durante una recepción en homenaje a Rubén Darío efectuada en el 2016 en Moscú, Rusia, donde desempeñó el cargo el cargo de Ministro Consejero de la Embajada de Colombia, un amigo geólogo colombiano le llevó un libro con poesías del bardo, que encontró en Madrid, España, y lo anduvo leyendo por varios países

El amigo le dijo “lee esto”. Él se extrañó y preguntó: ¿Cómo tienes este libro acá? El amigo se lo dio el para que leyera el poema “La Marcha Triunfal” además de otros poemas preciosos del poeta. Precisamente de ese poema, hay fragmentos en el libro El Otoño del Patriarca de Gabo, quien hasta relata la llegada de Darío en un barco pequeño a Cartagena, Colombia, nave a la que el escritor colombiano califica como un buquecito y a Darío como el Minotauro.

Maestros de la UNAN-FAREM Chontales

Por eso, el poeta colombiano dice que las repuestas de ¿Qué hay de García Márquez desde Rubén? O ¿Es posible García Márquez sin Rubén Darío?, o si ¿Se puede leer a García Márquez sin pensar o sin concebir a Rubén Darío?, la respuesta está en La Marcha Triunfal de Darío y en El Otoño del Patriarca de Gabo.

“La respuesta a esa pregunta está en La Marcha Triunfal, en donde se siente la riqueza del español de los latinoamericanos, es el estilo que asume Gabriel García Márquez. El sonido, las imágenes, su lenguaje poético y lo que ello significa”, sostuvo.

Y se refuerza en Aristòles, quien “decía que la Poesía es la invención de lo posible que no existe, la Poesía es la invención de aquello que puede ocurrir. Observen la potencia de esa definición, que la poesía es aquella realidad que se puede imaginar, pero que va a existir”.

La poesía de Rubén Darío es el acto de invención más grande de comienzos del Siglo XX

De igual manera sostiene de manera contundente que “La poesía de Darío es el acto de invención tan grande con que comienza el Siglo XX en América y en el mundo Hispano hablante. En esa relación entre lengua española, -la- creación de un mundo, imaginación de un mundo a través de la poesía, es el planteamiento que hago en esta exposición”, decía él cuando conversaba con el auditorio de la UNAN-FAREM Chontales, siendo escuchado con total atención.

Y reiteró con igual firmeza que “García Márquez es el gran escritor heredero de ese lenguaje, una parte formidable de Rubén Darío. Gabo es el novelista de lengua española más leído en el mundo. No hay novelista en el mundo que sea tan popular, tan querido y llevado en el corazón” como él, expresó el maestro Rubén Darío.

Maestros y estudiantes en el cierre de la XXXVII Jornada Universitaria Dariana en la UNAN-FAREM Chontales

Y nuevamente se explicó: “Pues Rubén Darío ha tenido un lugar como poeta, con sus obras, muy importante en la creación de García Márquez, el autor de Cien años de Soledad y El Otoño del Patriarca, sus dos obras cumbres.

La poesía es suponer, inventar

El académico se observa extasiado explicando sus estudios sobre Darío y su incursión en la vida y en la literatura colombiana.

“Esa historia para los colombianos había arrancado muchos años atrás, en el Siglo XIX, cuando habían un Presidente de la República de Colombia, un hombre del caribe, que vivía en Cartagena, un político, hablaba poco, escuchaba mucho, y escribía más. Tanto fue lo que escuchó, lo que escribió y lo que vivió como político y como poeta, don Rafael Núñez que es el autor de la letra del himno nacional de Colombia”, historió.

Fue así que comenzó esa “historia tan entrañable de la poesía de Rubén Darío, de sus metáforas, de su lenguaje, desde el mar, creyendo que el mar, es el todo, la metáfora…el gran todo, porque Rubén Darío es filósofo poeta, es un concebidor, de que hacemos parte del todo, que somos un organismo en la totalidad”

El poeta, escritor y legislador don Rafael Núñez era Presidente de Colombia cuando se hizo amigo del “Gran Príncipe de las letras castellanas”, Félix Rubén Darío García Sarmiento.

Grupo de danza Lowiwiska de la UNAN-FAREM Chontales, dirigido por el maestro Carlos Nicaragua

Florez Arcila se devela en detalles de la grandeza del gran poeta del pequeño pueblo de Metapa, hoy Ciudad Darío en el departamento de Matagalpa, cuando afirma: “para demostrar que Rubén Darío también observa lo pequeño, es el gran pensador de lo grande, que arma mundos. Es también el observador de lo minúsculo, con la mirada de un poeta grande, que abarca el mundo con su complejidad, con sus contradicciones, con su dialéctica, con sus pesadillas, con sus sueños”.

Y eso lo demuestra con aquella parte del poema “Vesperal” que dice: “Sobre la arena dejan los cangrejos la ilegible escritura de sus huellas.  Conchas color de rosa y de reflejos áureos, caracolillos y fragmentos de estrellas de mar forman alfombra sonante al paso en la armoniosa orilla”.

Relató que cuando Rubén Darío se sentó a conversar con don Rafael Núñez, era un joven de 25 años que se quiere comer al mundo y el Presidente que le puso su sello a Colombia, pues él escribió la Constitución de Colombia que se mantuvo vigente durante cien años. En esa conversación el mandatario lo nombró Cónsul de Colombia en Buenos Aires, Argentina.

“El inventor del nuevo mundo en las letras”

Rubén Darío había llegado a Colombia en un barquito, precisamente en cuanto cesó una gran tempestad en el mar, que causó mucho daño en Cartagena, según relata Gabriel García Márquez en su libro El Otoño del Patriarca, utilizando rico lenguaje del poeta, extraído del poema La Marcha Triunfal,.

Durante la jornada también se presentó el Ballet Folclórico Mashca de la Universidad Técnica de Cotopaxi de Ecuador, dirigido por los maestros Marlon Muñoz Cartagenova y Elías Valdez Rodríguez

García Márquez dice que llegó en “un galeoncito blanco, casi de zinc, frágil, recorriendo las costas de Centroamérica y llega hasta Cartagena y se ponen a conversar en el Cabrero, y en ese momento de la conversación le dice el presidente a Darío, quien tenía una intuición, era el conseguidor, de lo grande, de lo total, el inventor del nuevo mundo en las letras, así lo llama Jorge Luis Borges, el gran libertador”.

El inventor de América

“Se ponen a conversar el poeta y el político poeta, y le dice don Rafael Núñez, ¿Por qué no te vas de Cónsul de Colombia en Buenos Aires? Rubén Darío acepta ser cómplice del pensamiento americano que él tenía en su mente, porque él inventa a América… se inventan los dos, el Poeta y el gran poeta escritor de libros metafísicos de poesía, Don Rafael Núñez”, afirmó Florez Arcila.

Fue así que el bardo nicaragüense “ejerció el Consulado de Colombia en Argentina durante dos años; ponía los sellos y su firma en las visas, en las fe de bautismo, en los testamentos, en la gran capital –Buenos Aires- que deslumbró y fue interlocutor el poeta”.  Al morir el poeta y político colombiano, Rubén le dedicó el poema El Cisne.

La fascinante relación de Darío con García Márquez

Es firme al expresar que la relación de Darío con García Márquez es “fascinante”, tanto que en el libro clave de Gabo se encuentra la obra de Rubén Darío y así “la historia de esa relación de la poesía de Darío y la literatura de América Latina, de Colombia, la literatura nicaragüense, es la cuna de un pensamiento americano a través de la obra de Darío, pero… ¿Cómo es que Rubén se inserta en la novela El Otoño del Patriarca?

Para el maestro,  hay dos claves que demuestran esa gran influencia dariana en García Márquez, pues para él, Darío “fue talvez, el primer escritor latinoamericano que supo poner en un mismo campo narrativo y lexical palabras del léxico poético lamantino, metemsicosis, esfinge, Bagdad, palabras que pertenecen a un orden erudito, que tienen una sonoridad distinta del habla coloquial y puso en el mismo campo de gravitación, y en el mismo campo de energía lexical integró palabras refinadas, sofisticadas, poéticas con palabras vulgares por decirlo así”.

Así que García Márquez “aprendió esos niveles de uso, muy frecuentes, por ejemplo, en Cien años de Soledad, el lugar que era la biblioteca se vuelve después en el Cuarto del Rebrujo, donde se botan todas las cosas que sobran. La Matrona Úrsula, la mujer que logró hacer una casa como una paloma blanca, después, esa mujer de energía, hermosa de voluntad, que tenía que lidiar con los locos que se iban a la guerra, los dos Buendía,  termina siendo la muñeca linda con que juegan todos los nietos, para hacerle trenzas, para ponerle carmín, para jugar con ella”

La poesía es aliento

“En parte, Gabo le debe ese aprendizaje a Rubén Darío, y tanta la admiración por ese modo visión del mundo, la manera de usar el léxico, la dimensión poética de las palabras, esa capacidad de inventarse el mundo por medio de las palabras que Rubén aparece como un personaje en esa gran novela –de Gabo- que ha sido traducida a todas las lenguas del mundo: es El Otoño del Patriarca.

“En Rusia me decían que El Otoño del Patriarca dibuja a Stalin, en China a Mao, un chileno me contaba, pero es que allí está Pinochet”. Este es un libro escrito prosa para leerlo de un sólo aliento, porque no tiene punto y aparte, sino hasta que termina. “Es casi una prosa contada de un sólo aliento como la poesía, porque la poesía es aliento, por eso dicen inspiración, porque así son los versos cuando son del alma, dice un poeta colombiano”.

Y el grupo de teatro TEUNAN de la UNAN-Managua, dirigido por las profesoras MSc. Mayra Bonilla y Lic. María Rosa Alizaga, puso en escena el poema La Canción del Oro de Rubén Darío

En efecto, además de esa riqueza lingüística que Gabo aprendió de Darío, esa imaginación la lleva, incluso casi igual en éste libro, en que lo menciona dos veces y con gran homenaje, tanto en la página 139 como en la 193, tal como afirma el maestro Florez Arcila.

“…un cañón de retroceso a cuyos estampidos de catástrofe atribuimos la pavorosa tormenta seca de relámpagos y truenos volcánicos y el tremendo viento polar de Comodoro Rivadavia que volteó al revés las entrañas del mar y se llevó volando un circo de animales acampado en la plaza del antiguo puerto negrero, sacábamos elefantes en las atarrayas, payasos ahogados, jirafas subidas en los trapecios por la furia del temporal que de milagro no echó a pique el barco bananero en que llegó pocas horas después el joven poeta Félix Rubén García Sarmiento que había de hacerse famoso con el nombre de Rubén Darío, por fortuna se aplacó el mar a las cuatro, el aire lavado se llenó de hormigas voladoras y él se asomó a la ventana del dormitorio y vio al socaire de las colinas del puerto el buquecito blanco escorado a estribor y con la arboladura desmantelada navegando sin riesgos en el remanso de la tarde purificada por el azufre de la tormenta, vio al capitán en el alcázar dirigiendo la maniobra difícil en honor del pasajero ilustre de casaca de paño oscuro y chaleco cruzado a quien él no oyó mencionar…” Página 139. El otoño del Patriarca.

¡Año de la internacionalización de la universidad!

¡A la libertad por la universidad”

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