Cierre espectacular de la XV Jornada Universitaria Dariana 2021 en la UNAN FAREM Chontales

Con la exquisita presentación de los niños de la Orquesta y del Coro Juvenil «Rubén Darío» del Ministerio de Educación en Juigalpa,  se clausuró la XV Jornada Universitaria Dariana 2021 de la Facultad Regional Multidisciplinaria de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua (UNAN – Managua) en Chontales (UNAN FAREM Chontales).

Este fue la segunda y última celebración de la XV Jornada Universitaria Dariana, el homenaje que cada año dedica la UNAN Managua al Poeta Universal nicaragüense Rubén Darío (Metapa, Matagalpa, 18 de enero de 1867-León, 6 de febrero de 1916), efectuada en el Auditorio «13 de Diciembre de 1995» del Recinto Universitario «Cornelio Silva Argüello» de la UNAN FAREM Chontales, organizada por los maestros de la carrera de Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas del Departamento de Ciencias de la Educación y Humanidades.

Estudiantes, docentes y trabajadores administrativos disfrutaron del derroche de cultura y arte de la celebración de la XV Jornada Universitaria Dariana 2021.

A todos gustó mucho el acto, y lo expresaban en sus comentarios, tanto por el análisis que se hizo de la prestigiosa obra de Darío, como por las interpretaciones de la Orquesta y del Coro Juvenil Rubén Darío; unos inmutables observando el canto de los niños, como también por la música exquisita que sus manitos sacaban de los instrumentos musicales.

Los niños fueron agua fresca

Al final del acto, el maestro M.Sc, Rolando Enrique Cordero Aburto, Director de Ciencias de la Educación y Humanidades, no pudo contener su asombro ante la calidad de las interpretaciones de la Orquesta y del Coro de Niños “Rubén Darío”, dirigidos por los maestros, el Doctor Bismark Ríos Campos y Boanerges Ríos Campos.

“Estos niños nos trajeron agua fresca. Nos hicieron olvidar todo. Por eso estamos contentos. Los trajimos aquí y gozamos, nos alimentamos” y así, muy emocionado agradeció a la profesora Margarita Aguilar, Delegada del MINED en Chontales, por haber autorizado que ellos formaran parte de estas celebraciones en homenaje a Rubén Darío.

Un llamado a conocer más a Rubén Darío

La profesora Marta Miranda Téllez dio el saludo a los maestros M.Sc. Julio César Abaunza Flores, Decano; al doctor Marcos Antonio Reyes Centeno; Vicedecano; y a los estudiantes, docentes y trabajadores administrativos de la UNAN FAREM Chontales que asistieron al acto.

M.Sc. Rolando Enrique Cordero Aburto, Director del Departamento de Ciencias de la Educación y Humanidades.

La maestra Miranda Téllez afirmó que a Rubén Darío no sólo se le debe recordar por sus obras literarias, sino que él es un ícono, un símbolo de arte, de música, porque no solamente escribió a la patria, a la mujer nicaragüense; un eterno ideal, la mujer, sino también tanto que hizo para transformar las letras en arte.

Agregó que el objetivo de la UNAN – Managua al celebrar una semana de la Jornada Universitaria Dariana es para que los estudiantes, los maestros conozcan a Darío e investiguen sobre la inmensidad de la obra que dejó este gran poeta nicaragüense.

Exhortó a los estudiantes y a los maestros a no olvidarse nunca de Darío. «No puede ser que nosotros, como catedráticos universitarios no conozcamos a Rubén Darío, que ni siquiera sepamos un poema, un verso de Darío. Nosotros, maestros y estudiantes debemos declamar al menos y poeta escrito por nuestro insigne poeta», expresó.

Las palabras centrales del acto las dio el doctor Marcos Antonio Reyes Centeno, analizado dos cuentos de Darío que forman parte del Libro Azul.

Dos herejías

«Apreciable auditorio, permítanme hoy una herejía, más bien dos herejías, pues segmentaré dos preciosos cuentos de nuestro poeta Rubén Darío. El Fardo y La Canción del Oro”, que son dos obras que expresan “el pensamiento social de nuestro gran poeta», sostuvo el maestro Reyes Centeno.

«La razón que hoy me obliga a cometer este pecado, es (por) que quiero exponer ante ustedes el pensamiento social de nuestro gran poeta, que es un icono en la lengua castellana, pero como el tiempo es muy lacónico, he tenido que tomar partes de dos cuentos cumbres de Darío, tarea difícil, porque cada letra, cada signo de puntuación, cada guion dialógico, tiene un alto valor dentro de la lógica de estos escritos y segmentarlos es un yerro mayúsculo o sea un craso error, que conscientemente cometeré».

El Doctor Marcos Antonio Reyes Centeno, Vicedecano de la UNAN FAREM Chontales.

Sensibilidad humana de Darío

Y agregó; «Cuando se hace referencia al pensamiento social de Darío, en este contexto, debe entenderse que hay que analizar la sensibilidad humana y humanista de nuestro gran poeta, que afina las cuerdas de su lira para ejercer la crítica social, utilizando siempre, las herramientas que le brinda el simbolismo (afán por la rima y musicalidad perfecta) y el parnasianismo (presencia de las deidades del parnaso). Porque la poesía y la cuentística de Darío, es eso, el lenguaje preciosista, los elementos simbólicos, la mitología griega y otros, que hacen que su poesía y su narrativa hayan sido tan bien valoradas en su tiempo y sigan causando tanto revuelo en los tiempos actuales y de seguro en los tiempos venideros».

El maestro comenzó analizando el cuento El Fardo, en que Darío pone en evidencia o se lamenta de personas que viven en extrema pobreza y que, de manera sorprendente, sobreviven a esa miseria, incluso siendo sólo un puñado de huesos, pero se ponen en pie y continúan cada día la vida desde niños, hasta llegar a adultos.

Primer Herejía

«El fardo. Esta es Mi primera herejía. Darío Visita al tío Lucas en Playa Ancha y éste le narra la tragedia de cómo perdió a su hijo. El muchacho (hijo del tío Lucas) era muy honrado y muy de trabajador. Quiso ponerlo a la escuela desde grandecito; pero los miserables no deben aprender a leer cuando se llora de hambre en el cuartucho», narraba el maestro Reyes Centeno.

Y continuó: «El tío Lucas era casado, tenía muchos hijos. Su mujer llevaba la maldición del vientre de las pobres: la fecundidad. Había, pues, mucha boca abierta que pedía pan, mucho chico sucio que se revolcaba en la basura, mucho cuerpo magro que temblaba de frío; era preciso ir a llevar que comer, a buscar harapos, y, para eso, quedar sin alientos y trabajar como un buey».

Continuó narrando que el chavalo creció y se hizo hombre sin poder estudiar y soportando hambre a diario, mientras que el tío Lucas envejeció y llegó el tiempo cuando ya no pudo más, «porque el reumatismo le hinchaba las coyunturas y le taladraba los huesos». Entonces su hijo decidió ayudarlo y se fue a trabajar, cargando y descargando objetos de un barco.

Todos los integrantes del Coro Rubén Darío son niños y niñas, algunos aún bebés.

La horrible tragedia que arruinó más la vida de la familia del tío Lucas

Pero ese día finalizó con una horrible tragedia. «Y el hijo del tío Lucas, que estaba ansioso de acabar pronto, se alistaba para ir a cobrar y a desayunarse, anudándose un pañuelo de cuadros al pescuezo. Los lancheros, de pie, miraban subir el enorme peso, y se preparaban para ir a tierra, cuando se vio una cosa horrible. El fardo, el grueso fardo, se zafó del lazo como de un collar holgado saca un perro la cabeza; y cayó sobre el hijo del tío Lucas, que, entre el filo de la lancha y el gran bulto, quedó con los riñones rotos, el espinazo desencajado y echando sangre negra por la boca».

Aquel día, no hubo pan ni medicinas en casa del tío Lucas, sino el muchacho destrozado al que se abrazaba llorando el reumático, entre la gritería de la mujer y de los chicos, cuando llevaban el cadáver a Playa Ancha”. Así finalizó el día, arruinando aún más la vida de la familia del tío Lucas y sin tener el dinero que se necesitaba para comprar las medicinas al anciano.

La segunda herejía

Seguidamente agregó: «Les leo a continuación, segmentos profundos de la Canción del Oro. Esta es mi segunda herejía».

En relación a esta obra, el maestro Marcos Antonio dijo que más bien es una protesta de Darío a los poderosos, que mientras ellos viven en opulencia, en los vicios, otros apenas viven en miseria y ni siquiera tienen para llevarse un pedazo de pan a la boca. La calamidad es la vida diaria.

La Canción del Oro es una obra es una protesta, como se escucha al maestro Reyes Centeno, cuando la declama muy emocionado:

«¡Eh, miserables, beodos, pobres de solemnidad, prostitutas, mendigos, vagos, rateros, bandidos, pordioseros, peregrinos, y vosotros los desterrados, y vosotros los holgazanes, y sobre todo, vosotros, oh poetas! ¡Unámonos a los felices, a los poderosos, a los banqueros, a los semidioses de la tierra! ¡Cantemos el oro!  Y el eco se llevó aquel himno, mezcla de gemido, ditirambo y carcajada; y como ya la noche oscura y fría había entrado, el eco resonaba en las tinieblas. Pasó una vieja y pidió limosna. Y aquella especie de harapiento, por las trazas un mendigo, tal vez un peregrino, quizás un poeta, le dio su último mendrugo de pan petrificado, y se marchó por la terrible sombra, rezongando entre dientes».

Y seguidamente analizó el Vicedecano de la UNAN FAREM Chontales: «Nada más descarnado, certero y enconado que este canto salido de lo más insondable del alma de aquel mendigo, por las trazas un poeta, por la realidad impecable descrita en el canto, un hombre sempiterno, de Nicaragua, un dios de la pluma, un orgullo de este pueblo, la mente más prodigiosa de esta tierra, en lo que a literatura se refiere. Darío, el inmortal».

El maestro Marcos Antonio Reyes Centeno demostró con estas obras, la sensibilidad humana de Rubén Darío, quien mediante sus obras también protestaba de la miseria en que los poderosos someten a los pueblos.

La Orquesta también la integran muchos niños.

Darío se apartó un poco de su línea literaria para entrar a la corriente socialista

Ese pensamiento social lo evidencia Darío en estas dos obras literarias, afirma el maestro Reyes Centeno.

«En honor a la verdad, Darío sabía que este cuento se apartaba un poco de su línea literaria de trabajo, porque pertenece más a una línea o una corriente literaria de corte socialista. Según cuenta el más grande biógrafo de nuestro poeta, el maestro Edelberto Torres, Darío renegó en algún momento de haber escrito este cuento y de haberlo incorporado en su libro Azul, porque rompía con sus cánones literarios, sin embargo, gracias a la providencia divina, ese cuento fue publicado y hoy nos sirve para admirar la alta sensibilidad humana y social, del maestro Darío. En este cuento nuestro poeta, resalta su alta sensibilidad social y nos deja una narración con una profunda carga de dolor e impotencia.

Narrativa crítica, desnuda y descarnada

Ese cuento de Darío, El Fardo, con su narrativa crítica, desnuda y descarnada, es capaz de hacer brotar lágrimas de melancolía, en el alma fiera, rictus de tristeza, en el rostro más endurecido y despertar profunda reflexión, al que lo lee, sobre lo pertinaz del sentido de la vida, sobre la pobreza, sobre la desesperanza y sobre la lucha del ser humano que ha sido vilipendiado por la naturaleza social de los hombres, por la insensibilidad, por la injusticia y por la exclusión.

Este cuento de Darío, es, en síntesis, la crítica con ejemplo, a los sistemas sociales de aquellos momentos y porque no decirlo, a los sistemas sociales actuales que están basados en la desigualdad, en la falta de oportunidades y el desprecio de los más poderosos a los más débiles», afirmó el catedrático de la UNAN FAREM Chontales.

¡2021: Año del Bicentenario de la Independencia de Centroamérica!

¡A la libertad por la Universidad!

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