Los maestros le hicieron reflexionar: “quieres ser algo en la vida o quieres ser nada”

*Segunda y última entrega del reportaje de Dustin Hoffman Salasblanca Escobar

Aunque Dustin Hoffman Salasblanca Escobar perdió 9 años sin estudiar por dificultades económicas y no por vagancia, aunque también dedicó tiempo para ello, pues siempre estuvo preocupado en enfrentar esas crisis junto a su mamá, la profesora Alba Marina Escobar Báez.

También hubo siempre amigos y maestros que conocían de sus esfuerzos, calidad humana y de excelente estudiante y amigo. Por ello siempre estuvieron pendiente de él para agarrarlo del cuello y rescatarlo antes que se hundiera en el abismo de la desesperación y los vicios.

Por eso él reconoce los sacrificios de su madre Alba Marina, de su padrino Holman Martínez Ocón, a su profesora de matemática en Cuapa,  Lilliam Suárez, a su maestra de secundaria Margarita Aguilar, ahora Delegada Municipal del Ministerio de Educación en Juigalpa, a su amigo Joel Laguna que lo condujo a trabajar en la facultad y al profesor Marcos Antonio Reyes Centeno, Vicedecano de la UNAN-FAREM Chontales.

Dustin Hoffman Salasblanca Escobar -a la izquierda de camiseta amarilla-, su mamá Alba Marina y sus hermanos son Sharon, ahora de 30, Stirlitz. Roxana y su hermano mayor Lenìn

También agradece mucho a los maestros Tony Romero Díaz, Winston Joseph Zamora Díaz, a Jairo José Flores Morales, a José Eligio Guzmán Contreras y a Jorge Luis Benítez, pues a todos les preocupaba que estaba desperdiciando su potencial, tal vez decepcionado porque no veía un horizonte claro en su futuro y que no podría lograr sus sueños de coronar una carrera profesional. Se estaba dejando vencer por lo que creía era su destino, sin reflexionar que la oportunidad estaba frente a él, pero que la estaba dejando ir.

Nueve años sin estudiar

Como los problemas económicos no iban a desaparecer de la noche a la mañana, regresó a trabajar Costa Rica en el 2006, pero en el 2007 volvió a Juigalpa y comenzó a trabajar como guarda de una empresa de seguridad, cuidando un banco de la ciudad y por ello no pudo seguir estudiando la secundaria. Desde entonces no estudió por 4 años más.

Como estaba desesperado por continuar su bachillerato, se matriculó para turno dominical en el Colegio Nuestra Señora de la Asunción. Aunque enfrentaba problemas porque su jefe no lo dejaba ir a clases, por lo que recurrió a su jefe superior, quien le autorizó que fuera a clases los días que se necesitara y que se pusiera al día con sus tareas.

En ese colegio conoció al maestro José Eligio Guzmán Contreras, quien lo apoyaba mucho y le pidió a los maestros que entendieran su situación y más bien buscarán como ayudarle. Allí se bachilleró en el 2011, a los 25 años de edad, habiendo perdido 9 años si estudiar.

Un amigo lo hizo despertar

Explicó que de pronto se le había metido la idea de no estudiar el cuarto año de secundaria, porque había decidido dedicarse solo a trabajar, pero cuando laboraba en el banco conoció al joven Joel Laguna, quien trabajaba en la UNAN-FAREM Chontales, quioen se hizo su amigo y lo aconsejaba. Un día le dijo que buscará trabajo de seguridad en la universidad, que tendría mejores condiciones laborales y la oportunidad de estudiar.

Así que un día del 2008 llegó a buscar trabajo a la universidad, no le dieron porque tenía que ser bachiller y se regresó triste a casa. Fue entonces que se impuso la decisión en bachillerarse y juró: “algún día entraré a trabajar en la universidad y seguir estudiando allí”

“Entonces ya estaba casado y vivía aparte con mi esposa, y después llegó mi primer hijo el 24 de febrero del 2011″. Ese mismo año volvió a buscar trabajo en la UNAN-FAREM Chontales y comenzó a laborar en mayo. “Me vine de esa empresa sin el pago de mis prestaciones y arriesgando si me quedaba aquí o perdía mi trabajo, pero tenía que arriesgarme y aquí estoy, lo logré”, exclamo con alegría

Conversando con don Francisco José Robles Martínez, también guarda de seguridad de la UNAN-FAREM Chontales

Inicio de los estudios universitarios con tropiezos por vagancia

El 2011 fue otro año de estudios perdidos. En la UNAN-FAREM Chontales comenzó a estudiar hasta en el 2012.

“Cuando comencé a trabajar aquí me dije que estudiaría por estudiar, para no estar desocupado. Así inicié el estudio de la carrera en turno dominical, pero nuevamente me salía de clase o no entraba por irme a jugar basquetbol y pasaba más jugando que estudiando. Fue el primer año que se abrió la Carrera de Ciencias de la Educación con Mención en Matemática. Me gustaban las matemáticas, pero también me gustaba el deporte”.

“Hasta que un día el profesor Marcos Antonio Reyes Centeno, el Vicedecano ahora, me dijo que yo era “el jugador que estudia” y le respondí que me explicara eso. El agregó: “a vos te gusta más jugar que estudiar” y después me llamaron la atención los maestros Jairo José Flores Morales, Winston Joseph Zamora Díaz, y el maestro Marcos que me recalcó: “quieres ser algo en la vida o quieres ser nada. Tienes que decidirte”. Fue porque yo había dejado Cálculo Diferencial por andar jugando”.

“Entonces el profesor Jairo me preguntó ¿Qué piensas hacer? Yo le respondí que podía ser mejor y que había dejado la clase no porque no le entendiera, sino por vagar y le prometí: “Se lo voy a demostrar y desde esa fecha me dediqué a sacar todas las asignaturas que debía”.

“Entonces comencé sacar clases por la noche y en el día. Pasaba los días sólo aquí en la UNAN-FAREM Chontales. Los amigos y maestros me decían que me iban a traer una cama, pero a partir del Tercer Año comencé a ver mis frutos, rindiendo en clase y participando en ferias científicas.

En las asignaturas afines a la carrera comencé a tener buenos frutos y me integré a trabajar más en las actividades académicas, hasta llegar al final de la carrera y, aquí estoy, ya defendí y salí muy bien”, relató recordando que hizo el Examen de Grado para optar al título de Licenciado en Ciencias de la Educación con mención en Matemáticas y que lo pasó con buenas notas.

Una de las características de Dustin Hoffman es que nunca anda de mal carácter, sino que siempre está bromeando, saludando a los amigos o alentando a sus alumnos a no perder el tiempo y a demostrar que son buenos en sus clases, por eso los maestros le dicen: «el jodedor»

“Así enderece mi camino y me dediqué de lleno a la carrera y hasta comencé a hacer sustituciones de maestros en algunos colegios, a impartir cursos a los bachilleres para el examen de admisión aquí en la UNAN-FAREM Chontales. Todo ha sido exitoso, porque los muchachos me han agradecido mucho y los 47 que les di clase aprobaron el examen. Este año 2018 había hecho una promesa que la cumplí. Fue darles clase de manera gratuita y todos pasaron la prueba y van a estudiar aquí en la universidad. Por mi parte, voy a seguir superándome, pienso estudiar pronto un Doctorado de Matemática Aplicada.

¿Pero cómo has venido venciendo la situación económica?

Eso se lo agradezco a mi esposa, porque yo soy de las personas que desperdicia el dinero. Pero ella me da consejos y me ayuda a administrar el salario. Ella detalla el dinero que se gasta en la casa, cada pago que hay que hacer y lo que cada mes le doy a mi mamá. Así logro suplir las dos casas, la de mi mamá y la de nosotros. Y gracias a Dios estamos bien”.

Estudiante brillante

Por su desarrollo en las matemáticas, agradeció el apoyo de los maestros Tonys Romero Díaz, quien le retó: “estas en cuarto año de la carrera y no podes usar una computadora”. Fue entonces que se impuso en dominar con destreza la computadora y en el Primer Encuentro de Matemáticos “les demostré que si puedo usar la computadora, aplicando las TICs en Geometría Diferencial, demostrando como se hace una cardioide”, añadió muy contento.

Ángela González Romero, Licenciada en Contabilidad y Finanzas, del àrea de servicios administrativos y se graduó en septiembre del 2016

También agradeció a los profesores Marcos Antonio Reyes Centeno, quien lo aconsejaba y sugería que aprovechará los turnos nocturnos para estudiar; a Jairo José Flores Morales, docente de Matemática, porque también le exhortaba a enderezar sus estudios y soltar su potencial en matemáticas.

Reveló que un día el profesor Reyes Centeno junto a otros maestros lo comenzaron a cuestionarle por la irresponsabilidad en que había caído y le increparon. “El maestro Marcos me recalcó: “Quieres ser algo en la vida o quieres ser nada. Tienes que decidirte”. Yo había dejado Cálculo Diferencial por andar jugando.

Seguidamente los profesores Jairo José Flores Morales y Winston Joseph Zamora Díaz le preguntaron: ¿Qué piensas hacer? Yo les respondí que podía tener buenos resultados en clase y que había dejado asignaturas no porque no le entendiera, sino por descuido. Y les aseguré: “Se los voy a demostrar y desde esa fecha me puse a sacar todas las clases que debía y recuperé mi ritmo de buen estudiante”

Otro al que expresa su agradecimiento es al profesor Jorge Luis Benítez, “quien también me ayudó a resolver ejercicios que no les entendía.  A él le agradezco mucho por mi carrera por apoyarme y darme confianza en mí mismo porque me decía: “Vos podes, dale. De aquí en adelante no te voy a explicar más, porque de hoy en adelante vos me vas a hacer los ejercicios”. Todos ellos me hicieron reaccionar. En realidad eso es importante que haya alguien que a uno lo esté motivando y sacándolo del mal camino”.

Volvió a su excelente ritmo académico

Fue así que recobró su ritmo. En primaria, sus notas siempre tuvieron promedio de 99. En secundaria, donde también fue la primera vez que estaba descarriándose y no estudió varios años por la situación económica en la familia, siempre mantuvo el promedio cerca del 100 y cuando bajó fue a 90 puntos.

Mari Cristi Arostègui -lunarsito en el rostro-se graduó en septiembre del 2016 y ahora trabaja en el Departamento de Contabilidad

“Los primeros dos años en la universidad tuve promedios bajísimos por descuidarme jugando basquetbol, pero decidí esforzarme ante los reclamos de los maestros, recuperé mi ritmo de 90 y en quinto año cerré con promedio de 94.

¿Cómo lograste administrar el tiempo el tiempo de vagancia, de trabajo, con la familia y los estudios?

Estaba en una dura situación. Tenía a mi mamá enferma en casa, a mi esposa cuidando al niño y hasta se ponía celosa diciéndome: ¿Qué vas a hacer tanto a la universidad? No entendía que venía a estudiar para no perder la carrera, pero al final terminó entendiéndome, viendo mis frutos, el resultado de las noches de desvelo haciendo los trabajos investigativos.

Además, mi niño me reclamaba ¿Papá, ya no pasas aquí en la casa? Yo le respondía: “Ya voy a pasar más tiempo con vos”. Desde Examen de Grado a la fecha, ya tengo tiempo para m i esposa, mi madre y mi hijo, con quien paso más tiempo jugando y dándole cariño y él se muestra feliz”.

¿Qué te dice tu mamá?

Ella está muy feliz, porque se ha dado cuenta que era falso lo que las personas le decían de mí, que era un vago. Le he demostrado a la gente de mi barrio que eso no era cierto y ahora ellos me felicitan. A ella la traje al Primer Encuentro Matemático porque quería que mirara que aunque tuvo poco tiempo para mí por su trabajo, yo hice un gran esfuerzo y aunque me iba a vagar, siempre me iba a estudiar y era buen estudiante. Y a mi papá también lo traeré a mi graduación, para que vea que aunque nos dejó, hemos luchado y salido adelante”

Ha preparado medio centenar de bachilleres para que hagan el examen de admisión en 2016 y 2017 y he dado clases a bachilleres del Centro Escolar Pablo Hurtado, del Instituto Josefa Toledo de Aguerri, del Colegio Nuestra Señora de la Asunción, y Leopoldina Castrillo, dando clases de matemática a estudiantes de 4to y 5to año. Por las tardes y domingo todo el día.

Emely Fajardo, Alexander Mercado Vargas y Sheila Medina. Mercado se graduó como Licenciado Educación con mención en Ciencias Sociales en septiembre del 2016

Otros graduados o estudiando

Así como Dustin, todo el personal de servicios de la UNAN-FAREM Chontales pasan estos trajines en sus hogares y a la vez de ser trabajadores de la facultad, también son estudiantes; además de cumplir con los roles de madres, padres y hermanos con responsabilidades.

Algunos de ellos ha concluido sus estudios universitarios, mientras que otros, en momentos son trabajadores de la facultad y en otros son compañeros de estudios de los estudiantes.

Entre ellos están: Emely Lorena Vargas Fajardo, de Segundo Año en Licenciatura en Psicología; Yorleni del Carmen Romero, primer año en Psicología; Ciencias Sociales Ruth Hernández, Segundo Año; Arístides Castillo, Segundo Año; y Darling María Astora, V Año.

De Licenciatura en Inglés están Sheila Medina Ortega, cuarto año; y Jader Vanegas, Tercer Año. Mario Gabuardi, estudia V Año en Ingeniería Agronómica en la Universidad Nacional Agraria (UNA)

Mario Gabuardi, estudia V Año en Ingeniería Agronómica en la Universidad Agraria

Entre los trabajadores de Seguridad que se han graduado o estudian están: En Licenciatura en Derecho en la UPONIC: Roger Suárez, graduado y ejerciendo la carrera como litigante en tiempos libres; Carlos Alberto Pérez Alvarado. Licenciado en Derecho en la UPONIC, pero aún no incorporado por la Corte Suprema de Justicia; Ramòn Helio Fernández, Cuarto Año de Derecho en la UPONIC; Bismark Calero Miranda, Cuarto año de Derecho; Y José Ramón Morales, Tercer Año.

Otras trabajadoras de Servicios Administrativos de la UNAN-FAREM Chontales con grado de Licenciados son: Ángela González Romero, Licenciada en Contabilidad y Finanzas; Anielka Maryuri Oporta. Licenciada en Mercadotecnia y ahora es responsable de bodega; Alexander Mercado Vargas, Licenciado en Ciencias Sociales; Mari Cristy Arosteguì, Licenciada en Contabilidad y Finanzas; Nora del Socorro Granados Amador; Licenciatura en Ciencias Naturales.

¡Año de la internacionalización de la universidad!

¡A la libertad por la universidad!

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